Lo más dramático no ha pasado. Desgraciadamente. En mi barrio, en el barrio de La Viña, a apenas poco más de cien metros de mi propia vivienda, hay decenas de vecinos con el alma entrecogida.
Es terrible pensar que toda tu vida vaya a quedar hecha escombros.
A día de hoy, ya son muchos los vecinos que no tienen que pensarlo. Ya ven los escombros esparcidos en el suelo. Mientras, otros tantos, comprueban cómo esa amenaza fatídica se va haciendo real y, maliciosamente, más cercana.
Ayer hizo una semana de los dos terremotos que han convertido Lorca en una ciudad bombardeada desde abajo. En una ciudad fantasma de cuerpos paseantes y almas ausentes. Lorca es una ciudad triste entre "graffittis" de colores verdes, amarillos, rojos y negros (¡¡ menudo sarcasmo !!).
Mientras tanto, mi padre se recupera de la intervención del pasado lunes. El marcapasos funciona bien, y parece que no hay daños mayores. Espero que en unos días pueda levantarse.
PD: La imagen la he tomado de aquí
1 comentario:
Ánimo!!!
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