Publicado hoy en ELPlural.com
En estos momentos, las fuerzas en la alta dirección en Génova 13, están divididas respecto a la conveniencia o no de presentar una moción de censura. Prefieren no correr riesgos (de ahí que un día sí y otro también inciten al presidente Zapatero para que se someta a una “cuestión de confianza”), pero hay mayoría –Arriola incluido, que es al final el que manda-respecto a ir a esa solución constitucional última si el paro alcanza los cinco millones de desempleados.
Es verdad que en los últimos meses Mariano Rajoy ha conseguido dos victorias importantes principalmente internas pero escasamente significativas en su objetivo final de habitar los salones que ahora son privativos de José Luis Rodríguez Zapatero.
En la planta séptima de Génova se confía principalmente en tres vectores. El primero y más principal es el deterioro gubernamental a propósito de la situación económica; en sustancia, en los insufribles dígitos del paro que está trastocando todo hasta el punto que ya se pueden contabilizar casi un millón de mendigos por las calles en diferentes condiciones. El segundo, en la necesidad perentoria de que el conglomerado mediático de la derecha (diverso y cainita) se ponga de acuerdo en lo fundamental: llevarle en volandas como líder al mismo tiempo que decreta la caza y captura de ZP.
El tercero, que el otrora poder fáctico por antonomasia, el dinero, se ponga de una vez por todas en pié de guerra contra el señor de “rojo” y propine, a su vez, una gran ofensiva para propiciar la alternativa de la derecha.
Tengo para mí que no tienen en cuenta la demostrada capacidad de supervivencia del Presidente.
Repetir el modelo
Cuando se analiza el contexto de la derecha política no se puede olvidar el libro de estilo del rasputín Pedro Arriola, uno de los personajes más viscosos de la actual coyuntura. Rajoy se ha liquidado a todos los aznaristas que pululaban a su alrededor (o casi) pero acoge en su seno como suyo al ex comunista sevillano al que incluso sube sus honorarios.
Arriola es partidario (al fin y al cabo se considera el padre de aquel invento) de repetir el modelo Aznar en 1995, esto es, ir liquidando cuanto se mueve alrededor de Zapatero. Con nombres y apellidos. Esta semana sería el jefe del CNI y pasado mañana el vicepresidente Manuel Chaves que, además, es presidente del PSOE y el líder histórico del socialismo andaluz.
Las conspiraciones y estrategias de salón son buenas si dan finalmente resultado; pero generalmente la praxis española dice que fracasan.
El Señor de los Anillos
Aquí lo que está por comprobar es si José Luis Rodríguez Zapatero es capaz de darle la vuelta a la situación como hizo en la anterior legislatura o si por el contrario el sutnami económico se lo lleva por delante.
Entre los más viejos del PSOE empieza a cundir el pánico; los más zapateristas entienden que el vallisoletano/leonés tiene todavía recorrido. Los primeros entienden que se equivocó a ir a un gobierno de perfil bajo desde el punto de vista técnico porque lo que demanda la actual hora es, además de una cierta dosis de ideología, capacidad de GESTIÓN y que los números cuadren.
De hecho el espectáculo del tándem ALONSO/MADINA pactando a las 11 con Llamazares y a las 12 arrugándose ante CIU no ha gustado nada, pero que nada, en el inquieto Grupo Parlamentario.
Lo que se necesita ahora en el cuadro gubernamental es que aparezca algún “brote verde” incuestionable e inmarcesible; tendría un efecto vivificador entre la concurrencia.
Porque en determinados ambientes del millón de fascistas que oficialmente cubre la geografía nacional ya piden abiertamente que los mosquitos de Togo se lleven por delante a un jefe de gobierno constitucional y democrático.
Desde el 23-F no había visto espectáculo semejante.
Graciano Palomo es periodista y escritor, director de FUNDALIA y editor de IBERCAMPUS.ES
1 comentario:
Estos no ganan. No se lo creen ni ellos.
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