Cospedal y la lealtad imposible

Cospedal y la lealtad imposible

Carlos Carnicero, 10/12/ 2009, en ElPlural.com

Hay algunos códigos que sin duda, en la política, también son genéticos. Sé que el concepto de patriotismo es un campo sembrado de minas que lo mismo sirve para ser fusilado con dignidad por una causa noble -como se acaba de reflejar en un magnífico libro de cartas póstumas de ejecutados por los nazis- que a un golpe militar que pretende ser salvador y es abominable. Pero si alguien ha tratado de monopolizar siempre el patriotismo ha sido la derecha. Y esta derecha que tenemos en España no puede calzarse el traje patriótico porque le saltan las costuras por las axilas y por todas las partes del cuerpo.

Son capaces de no comparecer a los actos de la Constitución sólo para poder insultar a los demás partidos, cuando afirman que ellos no tienen que justificar su constitucionalismo delante de quienes insultan a la Constitución todos los días del año. Acusan al estado de derecho de ser un cajón de sastre donde caben todas las atrocidades, incluida la realización de escuchas ilegales y la persecución del adversario. Y en sus códigos éticos no entra la necesidad de demostrar las acusaciones que formulan con una frivolidad extraparlamentaria.

Pareciera que la vacuna del caso Alakrana les habría convocado a cerrar filas con el Gobierno para defender la vida de los secuestrados en Mauritania y para que ese patriotismo que se les debiera suponer les indujera a apoyar al Gobierno “aunque se equivoque”, que no es el caso, por lo menos hasta que los secuestrados estén en casa. La secretaria general del PP está adobada de toda carencia de patriotismo que pudiera imaginarse, de tal forma que acaba de sentenciar que los secuestros se suceden por falta de firmeza en la política internacional. ¿Es aplicable ese criterio a los norteamericanos, ingleses y franceses, e incluso japoneses, secuestrados por AlQaeda en distintos lugares del mundo?

No pueden pasar por la puerta del Palacio de La Moncloa sin darle una patada al Gobierno aunque quien la reciba sean las instituciones; su afán caínita es instintivo y lo usan como el escorpión, sólo porque lo tienen. Disponen de un elenco de medios de comunicación que les acompañan en ese viaje a ninguna parte en el que la ausencia de toda clase de patriotismo, incluido el que ellos presumen de inventar cada día y ese otro, que es el único digerible que se llama patriotismo constitucional y que se remite al respeto a las instituciones que soportan la democracia, les tiene ocupados todo el día.

El Gobierno tiene la culpa siempre de todo. Y le darían la razón al mismo diablo para desgastar al ejecutivo y acercarse medio metro a La Moncloa. De momento, ni siquiera con tres españoles en manos del terrorismo más peligroso del mundo son capaces de cerrar filas con el Gobierno porque en sus genes políticos no está inscrito el cromosoma de la lealtad. Al final, digan lo que digan las encuestas, esta derecha sin patriotismo tiene muy difícil ganar unas elecciones porque siempre habrá, en el último minuto, con la papeleta en la boca de la urna, muchos españoles y españolas que sientan el miedo en la piel de imaginarse a Dolores de Cospedal en el gobierno de España.

Carlos Carnicero es periodista y analista político

PD.: Imagen tomada de aquí