miércoles, 16 de julio de 2008

Allí no, Sr. Jódar


El señor Jódar, quiere destruir el parque de mi hijo. Ni mi hijo ni yo nos vamos a quedar con los brazos cruzados. Nos queda la palabra. Mi hijo apenas habla aún, pero sé lo que piensa sobre este tema. Somos muchos los que pasamos las tardes en este lugar emblemático de Lorca. El parque infantil de la plaza de toros es el espacio de juegos preferido para cientos de niños y niñas, y de sus familias, con los que coincidimos por las tardes.

El alcalde del PP, dijo en su día que no se trataba más que de una idea, de una ocurrencia, y que no había lugar a las críticas. Pero no era cierto. Le ha desmentido uno de sus propios concejales que ha explicado en este mismo medio de comunicación, con todo lujo de detalles, los pormenores del plan. ¿El objetivo? Hacer allí un aparcamiento subterráneo a pocos metros de otro con capacidad para mil plazas cuya construcción parece que comenzará en breve.

¿Qué les pasa a estos señores que nos gobiernan ahora en el Ayuntamiento? ¿Hasta tal punto llega su miopía social? ¿O es que las presiones, los intereses o el posible pago de prebendas son más fuertes que el propio sentido común y que la calidad de vida de los ciudadanos, señor Jódar? ¿Cómo es posible que sigamos cometiendo el error de querer cementar las pocas zonas verdes de que disponemos, de construir colmatando de edificios los pocos espacios libres que aún quedan en el céntrico pulmón de Lorca?

No quiero que destruyan el lugar de juegos de mi hijo. Que le usurpen la posibilidad de crecer observando al bebé tortuga, de subirse al tobogán pequeño y al del elefante, de cruzar el puente, de correr y volver a correr… Quiero seguir disfrutando de su sonrisa, que se ilumina cuando ve llegar el tren. Quiero seguir sentándome con él a la sombra de los múltiples y frondosos árboles del parque, contemplarle mientras toma su merienda y me cuenta sus juegos, sus relaciones en el “cole”. Mientras me nombra cada uno de los colores de bancos, muros y columpios de este lugar tan entrañable. Para él este parque es una gran aula de aprendizaje y experiencias. Y así queremos que siga siendo.

Progresar no es cargarse de un plumazo los lugares comunes, de convivencia, de una generación. Aquellos que pervivirán en nuestra memoria cuando recordemos nuestra niñez o juventud. Aquellos donde se percibe y se bebe lo humano, donde fructifican las relaciones sociales, y donde se crean nuestros primeros lazos de identidad con nuestro barrio, con nuestro pueblo. Matarlos no es progreso. Por eso parece lícito pensar si en verdad no habrá detrás de estos proyectos otros intereses adulterados.

Quienes pretenden imponer este atropello, aquí o en La Viña , con falsedades (¿Cuántos años vive un chopo, Sr. Meca?) saldrán escaldados. Porque más allá de los edificios, de las piedras, de los intereses económicos y de las ansias de algunos por tener más y más, están los lugares de encuentro, los rincones de nuestra pequeña historia personal y familiar. El motor de toda una vida, de la felicidad, a veces se reduce a un simple recuerdo de la infancia, señor Jódar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchos alucinamos el lunes cuando leímos la respuesta de Jódar a tu estupendo artículo en La Verdad. No es propio de un alcalde atacar de ese modo tan vulgar (y más cosas) a quien, legítimamente (y en tu caso, además, desinteresadamente) realiza labores de oposición y trabaja por la defensa de los intereses de sus convecinos. Compañero, ladran, luego cabalgamos. A seguir trabajando y enhorabuena por el blog ¡Ya era hora!

http://www.laverdad.es/murcia/20080714/lorca/insulto-demagogia-20080714.html