miércoles, 30 de julio de 2008

¡Qué poca educación!

Al Excelentísimo Señor Francesc Camps, le han dicho que nones.
Pretendía este señor (como otros de su mismo equipo), ningunear la materia de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, en la comunidad que preside. Pero el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (jobar, qué largo), le ha dicho que se esté quietecico.
Además, de consentir que con un simple trabajillo se pudiera aprobar. Este señor avaló en su día, la feliz idea de que estos conocimientos relacionados con los valores, actitudes, derechos y deberes fundamentales de los futuros ciudadanos y ciudadanas españolas, se estudiaran en inglés. ¡Ele tus cojones! (Perdón, se me ha escapado. Pido disculpas por si he ofendido a algún despistado de derechas que casualmente haya encontrado esta-mi botella con este mensaje. No era mi intención). Esta medida sí sería válida para los alumnos que cursen un programa bilingüe. Pero, no: la receta es… ¡¡Inglés Ciudadano Para Todos!!
Pero qué imaginativos son estos señores cuando quieren, eh? En fin. Os imagináis a todos los alumnos de 6º de Primaria debatir, ¡en inglés! sobre "la libertad y la responsabilidad en la toma de decisiones, los derechos del niño, el reconocimiento y aprecio de las diferencias de género, la expresión y el control de las emociones, la identificación de rasgos de diversidad cultural y religiosa, los principios de convivencia establecidos por la Constitución y hábitos cívicos, entre muchos otros".
Hace ya tiempo que en los centros educativos debemos trabajar más contenidos que los propiamente relacionados con las materias que impartimos. A mi no me parece mal. Soy de los que piensa que la tarea de educar es una tarea global, integral. Cuando estamos delante de 30 alumnos en nuestras clases, nos enfrentamos a 30 historias personales y familiares diferentes. Algunos chicos y chicas sucumben al contexto en que viven. Es injusto, pero como decía Bourdieu, llevamos grabado en nuestro cuerpo la historia personal, familiar, y cultural del contexto en que crecemos. Superar estos hándicaps para socializar desde el respeto y la mejora constante de las capacidades personales, es tarea de todos los que nos dedicamos a la denostada labor de enseñar.
Desde luego, esta nueva materia no será la panacea con la que solucionar todos los problemas del mundo mundial. Pero, no parece de gente muy educada el torpedearla cuando se imparte en toda Europa. Menos, hacerlo desde las posiciones más retrógradas de Occidente. Y, más aún, cuando cada vez se demanda más que la "Escuela" forme en los mínimos valores de convivencia democrática, a los futuros ciudadanos y ciudadanas, independientemente de las peculiaridades culturales de los núcleos familiares.
Es sin duda, una más de las posiciones que debería reconducir el Partido Que Otra Vez Dice Que Inicia El Viaje Al Centro, si de verdad se propone llegar alguna vez, claro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola jose.
La verdad es que no se entienden tantas pegas para que, como tú dices, los ciudadanos del mañana se formen en los valores democráticos. ¿A quien puede molestar eso? Quizás a quienes nunca creyeron en ellos porque añoran un pasado donde no todos podíamos tener las mismas oportunidades y donde lo que imperaba era la doctrina del miedo. Afortunadamente ese tiempo está superado y no volverá, por mucho que lo intenten.
Ánimo y a seguir en la lucha.

supersalvajuan dijo...

La educación...sólo (creo que sinónimo de únicamente) para los educadores. A ver si nos dejan trabajar, please!!! Chaíto Jose!!!