Propuestas eficaces. Primero, hay que reactivar la economía haciendo que quien tiene la función social de prestar dinero lo vuelva a hacer, de ahí los acuerdos internacionales y nacionales para avalar los ahorros de los ciudadanos y la liquidez financiera. Así mismo, hay que exigirles más contrapartidas a las entidades financieras, y potenciar su control, que desde luego ha sido un absoluto fracaso. En estos aspectos, parece que hay consenso. En segundo lugar, es preciso apoyar y fomentar el empleo. Aquí es donde surgen las diferencias. Y es que, desde una perspectiva progresista, deben ser las administraciones públicas quienes fomenten y garanticen las necesarias inversiones en infraestructuras, y que garanticen la eficacia de los servicios sociales y las prestaciones públicas a las clases más necesitadas. En frente, la derecha demanda liberalizaciones y bajadas de impuestos. Las administraciones públicas no pueden paralizarse. Es preciso que las pymes y los trabajadores vean preservados sus ingresos y derechos.
Nuevas viejas recetas. Rajoy dice pretender lo mismo que Zapatero: apoyar a las clases más necesitadas, las pymes y los autónomos. Pero, mosquea que se refiera a la forma en que ya actuaron, cuando gobernaban en tiempos de Aznar, y el propio Rajoy era Vicepresidente del gobierno. Los tiempos del Decretazo laboral del año 2002. Es decir, a los recortes del gasto social, congelación de salarios a los funcionarios, y control del déficit mediante ingresos por la venta de las mejores empresas públicas españolas, como Telefónica, Argentaria,... Lo que algunos consideran, no sin razón, como un robo ajustado a derecho. Ahora, ya no quedan empresas para privatizar.
Nuevas viejas recetas. Rajoy dice pretender lo mismo que Zapatero: apoyar a las clases más necesitadas, las pymes y los autónomos. Pero, mosquea que se refiera a la forma en que ya actuaron, cuando gobernaban en tiempos de Aznar, y el propio Rajoy era Vicepresidente del gobierno. Los tiempos del Decretazo laboral del año 2002. Es decir, a los recortes del gasto social, congelación de salarios a los funcionarios, y control del déficit mediante ingresos por la venta de las mejores empresas públicas españolas, como Telefónica, Argentaria,... Lo que algunos consideran, no sin razón, como un robo ajustado a derecho. Ahora, ya no quedan empresas para privatizar.
Paradojas. No deja de ser una paradoja. Ya que aquellas medidas fueron las responsables, no sólo de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y de los ciudadanos en general, sino la causa más destacada de la crisis actual. Y, es que como cita el propio Krugman en este último artículo, (refiriéndose a EE.UU., pero perfectamente aplicable también a España), fue la expansión de la "burbuja inmobiliaria" la que enmascaró los efectos de la anterior crisis económica de los años noventa, que de otra forma hubieran sido aún más perjudiciales y nefastos, para las clases trabajadoras.
No más Decretazos. Ahora, no se intuye ninguna nueva "burbuja" en el horizonte que pudiera "amortiguar" la actual crisis que procede, como se sabe, de los excesos de la anteriormente citada "burbuja inmobiliaria". Por eso, desde el gobierno socialista del presidente Zapatero, se pretende impedir que la mayoría de los ciudadanos sufran los efectos más perjudiciales de la actual crisis. Es necesario aprender del pasado. No es tiempo de reducir derechos ni prestaciones. No más Decretazos, señor Rajoy. Son tiempos para la solidaridad y el compromiso social.
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