Planes de rescate fallidos. Ni el famoso Plan de Rescate de Bush, en los USA, ni la cordinación entre varios bancos centrales para bajar el precio del dinero, ni nada. La inyección de miles de millones de euros o dólares al sistema financiero no consigue compensar la desconfianza causada precisamente por los que reclamaban hasta hace bien poco la libertad de mercado y la no intervención de los Estados. El mercado mundial está hueco. Ahora comprobamos qué significaba aquello de “dejar al mercado hacer”. No es otra cosa que sacar todo de su interior. Dejarlo hueco como una pelota. En definitiva, ahuecarlo.
Burbujas. Se ha estado viviendo desde hace mucho tiempo en una burbuja permanente. Muchas son las burbujas recientes: Tecnológica, Inmobiliaria, Petrolífera, Alimentaria, etc. Burbujas que finalmente se rompen, y dejan al descubierto la gran mentira. El gran pastel que nos estaban vendiendo, ya no está. ¿Donde está nuestro queso?
Ficción. Se estimula para que vivamos en un contexto de ficción permanente. Vivir por encima de las propias posibilidades. Tener más de lo que necesitamos. Consumir, y consumir. Los precios no son reales. Las empresas, obligadas a superar ampliamente las ventas y las ganancias del ejercicio anterior. Más coches, más viviendas,… Más madera, esto es la guerra!, que decía Marx (Groucho). Explotación laboral. Especialmente en los países en desarrollo, pero también por aquí. El valor de las cosas depende de una ficción. Se paga por las expectativas de futuro. El futuro, por definición no es real, es una ficción. Hasta que caemos de bruces en él, en forma de presente. Y el presente, está siendo más cruel de lo que nos lo habían vendido. Ahora, vuelven a pedir la reducción de derechos laborales. Flexibilidad en los despidos. Si en tiempos de bonanza económica los directivos descapitalizan las empresas mediante el reparto de bonus y stock options, ¿por qué ahora no pagan ellos mismos los perjuicios creados por sus malas prácticas?
Rellenar el hueco. ¿Dónde están las grandes fortunas? ¿Las grandes ganancias de los grandes negocios? ¿Las grandes plusvalías y comisiones cobradas? ¿Tenemos que pagar entre todos los numerosos coches de lujo, regalos, viajes, propiedades diversas y servicios de placer que han estado acumulando y disfrutando muchos de los que ahora reclaman la intervención del Estado? ¿Hay que rellenar con dinero público (no olvidemos, dinero de todos), el hueco dejado por los especuladores, corruptos, y empresarios temerarios? Coge el dinero y corre. Los paraísos fiscales deben estar llenos. Rebosantes.
Rellenar el hueco. ¿Dónde están las grandes fortunas? ¿Las grandes ganancias de los grandes negocios? ¿Las grandes plusvalías y comisiones cobradas? ¿Tenemos que pagar entre todos los numerosos coches de lujo, regalos, viajes, propiedades diversas y servicios de placer que han estado acumulando y disfrutando muchos de los que ahora reclaman la intervención del Estado? ¿Hay que rellenar con dinero público (no olvidemos, dinero de todos), el hueco dejado por los especuladores, corruptos, y empresarios temerarios? Coge el dinero y corre. Los paraísos fiscales deben estar llenos. Rebosantes.
Ver para creer. Es, por otro lado, como dice Iñaki Gabilondo, tremendamente curioso ver a George Bush y a Gordon Brown cómo nacionalizan bancos. Hace tan sólo unas semanas demonizaban a Evo Morales y Hugo Chávez por hacer lo propio en sus maltrechos países. Va creciendo el número de personas en todo el mundo que, como el presidente venezolano, claman contra los responsables del Fondo Monetario Internacional, verdaderos responsables de la expansión globalizada de las políticas neoliberales en todo el mundo. Al final le van a hacer bueno y todo. Ver y oir, para creer.
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