domingo, 21 de diciembre de 2008

Crisis Postmoderna

La guerra del tiempo. Ganar tiempo es lo que se demanda para atender la previsible caída de todo el tinglado. ¿Caída sobre quién? Sobre los de siempre. Algunos bien acomodados se creen al margen de las repercusiones negativas de esta crisis, sin precedentes. Una crisis postmoderna, en toda regla. Sin embargo, de esta no se salva ni el Santander, que apriori era uno de los "beneficiados" de esta situación internacional. La que está cayendo no es nada para lo que aún podría caer. En el post anterior ya lo comentaba, -aunque no era la única vez que lo hacía por aquí-, China está resfriada. Ojito con la "nueva versión de esta gripe asiática".

Ante esta situación, sobran los que piensan que "a río revuelto, ganancia de pescadores". Ser cautelosos y críticos con las medidas a adoptar, no puede convertirse en una estrategia de especulación para lograr intereses espúreos. Ahora toca arrimar el hombro. Ayuntamientos y comunidades autónomas. Empresas, sindicatos y trabajadores. Partidos políticos y ONGs. No más especuladores. Pero, no perdamos el sentido de la solidaridad. Esta crisis es diferente, y si todos hemos de arrimar el hombro, que no ganen los de siempre. Eso ha sido, principalmente, la causa de todo este descalabro. Debemos ganar todos. Un pueblo, una región, un país, un mundo mejor. Para todos. Con todos.
Vuelvo a acompañar un extracto del nuevo artículo de Paul Krugman, publicado hoy en el diario ElPaís.com. Es el siguiente (para verlo completo):

La insensible guerra europea
PAUL KRUGMAN 21/12/2008

Esta es la situación: la economía se enfrenta a la peor depresión que ha sufrido en décadas. La respuesta habitual a una crisis económica, recortar los tipos de interés, no está funcionando. Las ayudas gubernamentales a gran escala parecen la única forma de parar la caída en picado de la economía. Pero hay un problema: los políticos conservadores, aferrándose a una ideología pasada de moda, y puede que apostando [equivocadamente] por que sus electores están relativamente mejor situados para capear el temporal, están impidiendo que se tomen medidas.
(...) Los problemas más graves se dan en la periferia europea, donde numerosas economías más pequeñas están experimentando crisis que recuerdan mucho a las pasadas crisis de Latinoamérica y Asia: Letonia es la nueva Argentina; Ucrania es la nueva Indonesia. Pero el dolor ha llegado a las grandes economías de Europa occidental: Reino Unido, Francia, Italia y la mayor de todas, Alemania.
(...) Los países europeos están en una situación muy parecida. Cualquier gobierno que actúe de forma unilateral se enfrenta a una posibilidad considerable de contraer una enorme deuda sin crear demasiados puestos de trabajos en el país en cuestión.

(...) Pero no es posible tener un esfuerzo europeo coordinado si la economía más grande de Europa no sólo se niega a participar, sino que además menosprecia los intentos de sus vecinos por frenar la crisis.

(...) Pero en Europa, como en Estados Unidos, el problema es el tiempo. En todo el mundo las economías se hunden con rapidez mientras esperamos que alguien, cualquiera, proponga una respuesta política eficaz. ¿Cuántos destrozos más habrá antes de que esa respuesta llegue al fin?

Paul Krugman es Premio Nobel de Economía 2008, y columnista del diario The New York Times. Traducción de News Clips. (c) New York Times News Service, 2008, para ElPaís.com.

No hay comentarios: