Ayer sábado, por la tarde, en Valencia, hubo movida. Decenas de miles de personas se echaron a la calle. ¿De macrobotellón? ¿Ha vuelto la ruta del Bacalao? No, se unieron contra la gilipollez. La del Presidente de la Generalitat, el popular, Francisco Camps, y su Ciudadanía en inglés. Ese monumento a la estupidez, y a la arrogancia política. Todo por desvirtuar la asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos.
Spanish is different. Hace meses ya me referí aquí a este tema. Como decía un amigo: “con las cosas de comer, no se juega”. Padres, profesores, alumnos, sindicatos, y otros colectivos, han salido a la calle para decirle a estos impresentables que, con la educación no se juega. En toda Europa se mofan de lo que pasa en Valencia, y en toda España, a costa de una polémica made in “lo más rancio” de la reserva espiritual de Occidente. Spanish is different, una vez más. Hasta el Vaticano ha salido al paso, como en tiempos de Franco. Frente a los que consideran esta materia como adoctrinamiento, son muchas las voces que demandan la necesidad de esta materia en la que se informe y forme adecuadamente a los niños y adolescentes en el plano teórico sobre los fundamentos de la democracia y del civismo, como ocurre en los países de nuestro entorno.
Es difícil bajarse del burro. Del burro de la arrogancia, de la crispación demagógica y manipuladora. Ni adoctrinamientos ni memeces. Coño. Lo que pasa es que se subieron a un burro del que ahora no se quieren/pueden bajar por vergüenza torera. Si la tuvieran, claro. Cómo van a reconocer que en todos los países de nuestro entorno se cursa, y no pasa nada. Es muy difícil desdecirse de todas las sandeces que han ido diciendo, y que tenían/tienen un único origen: el odio al gobierno socialista; la ira por perder las elecciones de 2004. Objeciones, intentos de tunearla, saltarse la ley a su antojo. Intentos estúpidos de la España más rancia.
En la Región de Murcia, también. En Cartagena, denuncian que se están impartiendo "contenidos ilegales". No se dice cuáles. Dicen que esta materia va en contra de la libertad de los padres para educar a sus hijos, y que están en contra del adoctrinamiento de sus hijos. A pesar de la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia en Murcia, contra la objeción a la misma, hay padres que se niegan a que sus hijos acudan a las clases. Vamos, como si fuera el Anticristo.
Objetar. Tras un año impartiéndose en centros de toda España, con absoluta normalidad, quién sabe si algunos hijos puede que estén pensándose objetar de sus propios padres. Todo, por defenderse. De la gilipollez, o del adoctrinamiento.
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2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Lo curioso es que esos mismos colegios y personas que están en contra, a veces contratan charlas y cursos especializados sobre lo que antes se llamaba Urbanidad, ahora Educación Social, y puedo asegurar que el programa es casi coincidente al 99%
Se impone el crucifijo en la aulas, la democracia española es la democracia española.
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